
Claudio Ptolomeo fue un científico, astrónomo, geógrafo y matemático greco-egipcio que vivió en el siglo II d.C., principalmente en Alejandría, Egipto.
Es conocido sobre todo por sus importantes contribuciones a la astronomía y la geografía, así como por su influencia en la astrología.
En astronomía, su obra más famosa es el Almagesto, un tratado que expone el modelo geocéntrico del universo, donde la Tierra era el centro y los demás astros giraban alrededor de ella.
Este modelo fue aceptado durante más de mil años, hasta que fue reemplazado por el sistema heliocéntrico de Copérnico en el Renacimiento.

Sin embargo, en el ámbito de la astrología, su influencia también ha sido inmensa y perdurable. Ptolomeo fue el autor de un tratado astrológico fundamental titulado Tetrabiblos, que se convirtió en la base teórica de la astrología occidental durante siglos.
En el Tetrabiblos, Ptolomeo sistematizó el conocimiento astrológico de su época, relacionando los movimientos planetarios con sus posibles efectos en la vida humana y en el mundo natural.
A diferencia de otros enfoques místicos, Ptolomeo intentó dar a la astrología un fundamento racional, basado en la observación de los astros y en la influencia que estos podrían ejercer sobre los fenómenos terrestres. Su enfoque científico convirtió a la astrología en una disciplina más estructurada y estableció principios como los signos del zodiaco, las casas astrológicas, y la influencia de los planetas y aspectos.
Los aspectos astrológicos son ángulos específicos que se forman entre los planetas en una carta astral y representan diferentes tipos de interacciones energéticas entre ellos. Ptolomeo identificó los aspectos más importantes y les otorgó significados particulares, estableciendo la base de cómo los astrólogos interpretan estas relaciones.
Los aspectos ptolemaicos clásicos son:
1. Conjunción (0 grados): Se produce cuando dos planetas están en el mismo grado del mismo signo zodiacal, fusionando sus energías. Ptolomeo lo consideraba neutro, ya que su efecto depende de los planetas involucrados.
2. Sextil (60 grados): Un aspecto armonioso que representa oportunidades y cooperación entre los planetas. Está asociado con signos que son compatibles entre sí, como signos de aire y fuego o de tierra y agua.
3. Cuadratura (90 grados): Este aspecto es de tensión y desafío. Se forma entre signos del mismo modo (cardinal, fijo o mutable) pero de diferente elemento. Ptolomeo lo veía como un aspecto conflictivo que impulsa a la acción.
4. Trígono (120 grados): Es considerado un aspecto muy positivo y fluido, que simboliza facilidad y apoyo. Se forma entre signos del mismo elemento (fuego, tierra, aire o agua) y representa energías que trabajan en armonía.
5. Oposición (180 grados): Se da cuando dos planetas están en signos opuestos y es un aspecto de confrontación o polaridad. Ptolomeo lo veía como un aspecto desafiante, pero también como una oportunidad para integrar fuerzas opuestas.
Ptolomeo desarrolló estos aspectos basándose en la geometría de los ángulos, y usó estos cinco porque representan las divisiones básicas de la circunferencia (360 grados) en partes iguales o armónicas. Estos aspectos básicos, conocidos como “aspectos mayores”, se siguen utilizando en la astrología moderna como la base para analizar cómo interactúan las energías planetarias en una carta astral, y cómo estas afectan el carácter y los eventos de la vida humana.

Ptolomeo planteó que los astros no determinan el destino humano de manera absoluta, sino que influyen en las tendencias y características personales, dejando espacio para el libre albedrío. Esta visión moderada de la astrología le otorgó a su obra una legitimidad que le permitió sobrevivir y adaptarse a través de los siglos, siendo aún hoy una referencia para astrólogos de todo el mundo.
La relevancia de Ptolomeo en la astrología radica en su capacidad de combinar la observación celeste con un análisis más racional y menos supersticioso. Gracias a Tetrabiblos, la astrología se consolidó como una práctica respetada en su tiempo, y sus conceptos esenciales han perdurado en la astrología moderna, que aún utiliza las bases que él estableció.
Así, Ptolomeo no sólo fue un gran astrónomo, sino un puente entre el conocimiento científico y la influencia de los astros en la vida humana, otorgando a la astrología un estatus que la ha mantenido viva hasta nuestros días.